martedì 1 gennaio 2013


Graduados la llevó a descubrir facetas nuevas tras las cámaras y El Hijo de P*#@ del Sombrero le significa volver al teatro, un aérea en la que aún no se desarrolló en demasía. Tras un año fuerte, se anima a un particular verano y así lo palpitó con El Atlántico
Madre de tres, esposa de uno”. Así se define quien más allá de ser una -probadísima- mujer de familia, es al mismo nivel una actriz exitosa, garantía total para cualquier producto televisivo que se cruce en su camino. Queda más que claro si uno revisa la carrera de Nancy Duplaá, quien en este 2012 mucho tuvo que ver con la explosión de “Graduados”, tira que la devolvió al rol adolescente que la lanzó al estrellato hace dos décadas con “Montaña Rusa”.
Casualidad o no, a poco de haber dejado a “Loli” y sus amigos, la morocha de bellos ojos verdes vuelve a hacer teatro en Mar del Plata, ciudad en la que por primera vez pisó un escenario veraniego como “Mariana”, la chica de 16 años que conquistó a toda una generación escolar, con la mencionada tira de Canal 13, que también protagonizaba Gastón Pauls, su novio en aquellos años.
Desde aquel 1996 en el Teatro Radio City hasta este 2012, la adultez y madurez han llegado, y lejos de esos dos papeles jóvenes que la han marcado, Duplaá se embarca en el compromiso de componer una mujer de bajos recursos y adicta en “El Hijo de P*#@ del Sombrero”, comedia-dramática que después de 200 funciones en la ciudad de Buenos Aires, se sumó en las últimas horas, a la cartelera de la temporada en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.
De la mano de este texto, hace más de una semana que la actriz vive una experiencia nueva y nada menor: protagonizar por primera vez junto a su marido, Pablo Echarry, una pieza teatral, compartir en familia un largo verano en Mar del Plata y tomar un personaje que durante muchos meses fue moldeado por Florencia Peña. “Es fuerte, son muchas cosas”, reconoce a El Atlántico.
Vestida de negro y algo cansada en su postura y voz por el ajetreo de estas últimas semanas entre el cierre televisivo, el viaje a la costa y el estreno de la obra, Nancy comienza a hablar y queda claro que “dejarse llevar”, en su caso, siempre ha sido la mejor opción: “Esta es una obra que cuadra perfectamente para hacerla con mi marido y cumplir con el deseo de hacer algo juntos. Llegó en el medio de un año muy duro mío, de mucho laburo, pero todo cuadró. Hice mucho sacrificio en un momento y ya estamos acá”.
- ¿Cómo llegás a este personaje?
- Ya cuando Pablo recibió la obra, yo lo ayudaba a repasar la letra y pensábamos “qué divertido hacerla juntos”. Hubiese cuadrado perfecto. De alguna manera siento que volvemos a ese inicio. Fue un sacrificio. En un momento llegó la propuesta y naturalmente me surgió decir que sí porque tuve la certeza de que lo podía hacer. 
Pero también venimos a salir al toro con Andrea Garrote (reemplazo de Jorgelina Aruzzi) porque no hemos tenido los procesos de ensayo que han tenido nuestros compañeros. El hecho de que ya hayan hecho 200 funciones y vi el laburo de Florencia (Peña). Con Jorgelina venimos con un backup porque aparte de saber de qué se trata, de haber encontrado la energía de los personajes, ir por ese lado pero poniéndole la impronta propia, lo cual creo que iré logrando con el tiempo. Ahora estoy un poco dura, pero ya me iré aflojando.
- Hacer teatro ¿qué lugar ocupa en tu vida, más allá del espacio preponderante que siempre tuviste en la televisión?
- Lo tomo como algo natural, parte de mi aprendizaje. No soy alguien que esté buscando todo el tiempo vivir experiencias fuertes. Me dejo llevar por lo que se me pone enfrente y ver si estoy capacitada, y si eso no afecta mi vida familiar. Si puedo congeniar todo eso y me gusta, lo hago. El teatro tiene otra cosa más señorial, más de otros tiempos, que desconozco. Para mi está siendo un aprendizaje, recién lo estoy conociendo. 
Un año impensado
Después de estar alejada un tiempo de la televisión, de aquel famoso cruce con Adrián Suar en medio de la entrega de los Premios Martín Fierro hace un par de ediciones, Duplaá decidió volver a la tv de la mano de una productora que venía pisando fuerte y con un sello propio: Underground.
Con Sebastián Ortega a la cabeza, “Graduados” llegó a la pantalla de Telefé, con una propuesta simple y nostálgica, que devolvió a millones de argentinos sus recuerdos adolescentes, sus vínculos con los ´80 y captó a un público joven que conoció más de esa década a través de esta comedia que se convirtió en lo más visto del año y llevó a Telefé al liderazgo total en materia de rating.
Además de protagonizarla, Nancy pudo meter mano en el armado de la historia y los personajes, lo cual le aportó nuevas experiencias.
- Cuando empezó el 2012 ¿pensábas que podía ser el año que finalmente fue?
- No…No, no. No me atrevo a tener sueños muy tremendos…Si me hubiera animado a hacerlo quizás hubiera soñado lo que pasó. Me dejé un poco llevar por las circunstancias que estábamos viviendo en ese momento. El canal estaba en otra situación, Underground y yo también. Estábamos todos tranquilos esperando que suceda lo que podía suceder pero siempre pensando en hacer un programa que esté bueno. Como el objetivo era ese, después pasó lo que pasó, que nadie lo esperaba.
- Tuviste que ver con la cocina del programa. ¿Desde que punto aprendiste?
- Por suerte, para el actor es un plus que te dejen desbordar tu creatividad e imaginación. Crear los personajes, los vínculos. Quería que todos los personajes estén buenos, que nos pudiéramos vincular entre nosotros pero que a la vez hubiera vínculos entre ellos que fueran potentes. Y sucedió. Desde ese lugar me escucharon y a mi me hizo crecer mucho realmente. Aprender también que abrir el juego en el laburo, compartir, trabajar en equipo sale bien.
- Sin duda la adolescencia marcó hitos en tu vida actoral
- Es re loco. Cuando sea vieja y me muera, y alguien quiera contar mi historia esta es una parte muy entretenida.
- Una especie de adolescencia eterna…
- Pero creciendo en el medio, con sabiduría; aprender a disfrutar más de la fama y lo que trae este laburo. Todas cosas buenas han pasado en estos casi 20 años desde “Montaña Rusa” y ahora vuelvo a Mar del Plata aparte. ¡Es muuuuy loco!.
- ¿El 2013 tenés algo en vista o vas a dejar que te siga sorprendiendo?
- Si hasta ahora me sorprendió el 2012 así, ¿por qué voy a dejar que el 2013 no funcione de la misma manera? No sé. Soy madres de tres, esposa de uno, tengo mucho laburo ya.

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