El chico hace de las suyas. Flequillo rollinga, pantalón de las tres tiras y un look hiper rockero, el hijo menor de Nancy Duplaá (42) y Pablo Echarri (42) parece tener simpatía por el diablo. Sí. Más allá de su adhesión hereditaria al Rojo de Avellaneda (club que por estos días amarga a su padre ante el inminente fantasma del descenso) Juliancito Echarri es un pequeño demonio, que se le escapa a su padre y lo hace correr por las veredas de Palermo. "¡Pará, Juli! (...) No corras (...) No vas a cruzar la esquina, eh...".
INDOMABLE. Como ocurre varias veces por mes, la familia Echarri (Nancy, Pablo y sus hijos, Morena –9– y Julián –casi 3–) dejó su casa de Colegiales después del mediodía del sábado para almorzar en Grappa, el lugar que no se cansan de elegir cada fin de semana. Llegaron a las dos y media de la tarde y se sentaron en una de las mesas más escondidas del restó. A las cuatro abandonaron el lugar y caminaron un par de cuadras sobre Carranza hasta una heladería. Morena, Nancy y Pablo comieron cucuruchos. Y Julián eligió una canasta con confites de chocolate, que terminó de comer en la calle. Bah, en realidad el helado terminó contra los adoquines, porque en una de sus corridas el niño perdió su postre. Las locuras de Julián levantaron las carcajadas de Morena que, desde que salieron del hogar, festejó todas las ocurrencias de su hermano.
Después de pasar todo el verano en Mar del Plata, donde la pareja protagonizó El hijo de p... del sombrero, los Echarri-Dupláa viajaron unos días a los Estados Unidos. Se instalaron en Bal Harbor, uno de los barrios más exclusivos de Miami, y luego visitaron Orlando, donde conocieron Disney World. Esas fueron todas sus vacaciones, porque el último jueves la pareja reestrenó su obra en el Metropolitan City.
UNA TORMENTA DE FACHAS. Después del gran 2012 de Nancy, se vienen tiempos exigentes para Pablo, que a mitad de año producirá y protagonizará la tira del prime time de Telefe junto a tres galanes: Mariano Martínez, Joaquín Furriel y Luciano Cáceres. Su producto competirá con El farsante, el tanque que prepara El Trece: un desafío tan grande como contener en la calle a su pequeño hijo, Julián.
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